martes, 23 de noviembre de 2010

SOSTENIBILIDAD SOCIAL: CERTEZAS E INCERTIDUMBRES





Los estudios de la complejidad, nacen justamente por la necesidad de repensar los métodos de investigación, buscamos aquello que nos permita entender la totalidad a partir de lo no observable, en nuestra búsqueda nos dimos cuenta la versatilidad del conocimiento, mientras mayor capacidad computacional involucramos, los sistemas complejos se pueden “reducir” a términos de los sistemas simples, a los sistemas simples, el computador los convierte en complejos. La complejidad se puede entender en dos sentidos: uno psicológico, como la incapacidad de comprensión de un objeto que nos desborda intelectualmente. Y uno epistemológico, como una relación de comprensión con algo que nos desborda (un objeto o una construcción mental), pero de lo que, a pesar de todo, podemos tener una comprensión parcial y transitoria. Es decir, en el primer sentido se dice que algo es complejo porque no lo podemos comprender o porque es complicado o confuso. En el segundo sentido se dice que algo es complejo porque tenemos una comprensión distinta, que no podemos reducir o simplificar a una comprensión simple, como lo ha señalado MORIN, el pensamiento complejo es una invitación a salir de una manera sencilla de ver las realidades a partir de la especialización y en particular la hiperespecialización, que solamente logra conocer un pequeño fragmento de la realidad y que el objeto del conocimiento sea para su estudio desvinculado de la realidad donde actúa. Así es necesario un pensamiento que articule los diferentes saberes disciplinarios, hoy parcelados, y que además contextualice las migraciones de ideas entre estos compartimentos disciplinarios. Lo que hoy día se entiende como teoría de la complejidad, se deriva de los desarrollos de la sistémica, de la cibernética y de la teoría de la información, apareció como concepto sólo cuando esos desarrollos permitieron entender el papel constructivo, negantrópico del desorden, de la incertidumbre, de lo aleatorio y del evento, convirtiéndose en principio constitutivo y explicativo. Desde la época de Platón, quienes hablaban de cosas como el origen de todo a partir del caos, o del papel constructivo del desorden, eran calificados de ignorantes e insensatos. Y en el pensamiento occidental, hasta nuestros días, el hecho de asumir el desorden y el devenir como principios explicativos implica dejarse llevar por las falacias del pensamiento. La complejidad es un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados que constituyen nuestro mundo fenoménico. Así la complejidad se muestra con los rasgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable, del desorden, la ambigüedad, la incertidumbre. En general necesitamos una mejor manera de lidiar con los desafíos de la incertidumbre, las intenciones no reveladas, con las características no observables. Entonces… ¿Cómo concebir el desarrollo social desde la complejidad?


Veamos. En los últimos 12,000 años las sociedades humanas parecen haberse desarrollado con mayor complejidad.

Para efectos de mayor entendimiento, diremos que la complejidad es "como un mayor tamaño, número y clases distintas de las partes que componen una sociedad, la variedad de roles especializados que incorpora, el número de las distintas personalidades presentes y la variedad de los mecanismos para organizar todo ello en un todo coherente y funcional. Al aumentar cualquiera de estas dimensiones, aumenta la complejidad de la sociedad." La sociedad crece en complejidad y con ella la producción de recursos, la tecnología, la organización política, la investigación, la administración, la defensa… Dado que las soluciones más sencillas ya están agotadas, la resolución de problemas se vuelve inexorablemente hacia una mayor complejidad, Mayores costes y beneficios decrecientes. Y un Sistema complejo, en cambio, existen variables ocultas cuyo desconocimiento nos impide analizar el sistema con precisión. Así pues, un sistema complejo, posee más información que la que da cada parte independientemente. Para describir un sistema complejo hace falta no solo conocer el funcionamiento de las partes sino conocer como se relacionan entre sí. Uno de los aportes más importantes de la teoría sistémica formulada por Bertalanffy , es el reemplazo de la concepción todo/partes por la concepción sistema/entorno que propone pensar en términos de conectividades, relaciones y contextos, como contrapartida al pensamiento analítico. La Complejidad social humana, es la complejidad elevada a su propia potencia, la complejidad en el estadio constructivo más elevado que conocemos. A este respecto conviene llamar la atención, en primer lugar, sobre un hecho ya sabido, pero no suficientemente meditado: la complejidad es característica de la socialidad humana y de sus productos -las sociedades humanas- tiene un doble carácter, que se concreta en dos tipos de realidades. Por una parte, las sociedades humanas son culturas materiales, que modifican su entorno ecológico a menudo de manera profunda, creando un ecosistema en buena medida artificial: el ecosistema social humano. Por otra parte, las sociedades humanas son realidades de conciencia, alojadas en las mentes de los individuos que las integran. Si desde un punto de vista 'objetivo', 'material', la sociedad humana es el ecosistema social más complejo del que tenemos noticia, desde un punto de vista 'subjetivo', mental, la sociedad humana es la puesta en acto de las capacidades de complejización constructiva que tiene la conciencia humana en interacción con otras conciencias. Frente a la incertidumbre, la globalización y la creciente complejidad de las problemáticas sociales y ambientales, así como de los retos científicos que se desprenden de ellas, se hace necesario proponer y experimentar nuevas formas de generar y aplicar el conocimiento científico. El estudio de sistemas complejos para abordar problemáticas concretas requiere de una ciencia para comprender procesos integrados, que rompa con la compartamentalización tanto física como conceptual de la ciencia, que dificulta enormemente la imprescindible transferencia de conocimientos. ¿Cómo gestionar la incertidumbre social? Parece en principio una paradoja, administrar lo que en principio no existe, prever lo ausente, en muchos casos esta incertidumbre se ahoga en viejos paradigmas estratégicos basados en simplicidad y linealidad. La estructura de estos modelos no puede dar cuenta de la complejidad de las relaciones, mucho menos visualizar futuriblemente la sostenibilidad social. Mientras tanto “El desarrollo sostenible es definido como" un desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades", se divide conceptualmente en tres partes: ambiental, económica y social, y debe satisfacer las necesidades de la sociedad como alimentación, ropa, vivienda y trabajo, pues si la pobreza es habitual, el mundo estará encaminado a catástrofes de varios tipos, incluidas las ecológicas. Esta situación debe estar presente en cada decisión, mediante una interconexión dinámica de tres esferas: “identidad, información y relaciones”, las cuales representan la red neural del sistema y constituyen su capacidad de participación, integración e interconexión.”.

FUNDAMENTOS SOCIALES PARA LA SOSTENIBILIDAD

LA COMPLEJIDAD DE LAS COMPETENCIAS SOCIALES




¿Qué educación favorece la formación de una ciudadanía con la competencia de transformar los escenarios de incertidumbre en contextos de oportunidad? Para empezar, para efecto de la presente publicación nos referiremos a “Competencias sociales” como el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades o destrezas adquiridas, que dan lugar a un desarrollo adaptativo, basado en habilidades como la capacidad para tomar decisiones, asertividad, capacidad de comunicarse en forma efectiva, autoestima, habilidad para manejar las propias emociones que conllevarían al óptimo desenvolvimiento en la sociedad . Entendemos que para convertir la incertidumbre en oportunidad se requiere partir de plataformas rigurosas y flexibles, que sean capaces de dar respuesta al contexto de crisis. Tenemos que navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza, tal cual dijera Edgar Morin. Desde nuestro punto de vista pensamos en un modelo abierto, dinámico, que capacite a la ciudadanía para actuar y haga posible la constitución del hombre ciudadano, autor y participe constructivo del sistema democrático, estableciendo relaciones pacíficas, justas, armoniosas, de cuidado y beneficio mutuo; consigo mismo y con las personas cercanas, con sus comunidades, y con el medio ambiente, con conciencia de su rol ciudadano como respeto, defensa y realización de los derechos humanos, convivencia pacífica, responsabilidad ciudadana y democrática, identidad y pertenencia, un hombre con alto reconocimiento de la diferencia y superación de la discriminación y la exclusión, capaz de establecer diálogos fluidos entre entidades desde el rigor y la reflexión, así mismo con competencias de integración, como capacidad para construir, celebrar, mantener y restablecer acuerdos entre personas o grupos, capacidad para identificar y enfrentar gestionando la incertidumbre social mediante método-estrategia basados en diálogo continuo entre teoría y acción (Morin 2001). Una acción que es capaz de modularse de forma permanente frente a las respuestas que encuentra en el contexto, donde el punto de partida es claro y los objetivos y el itinerario se va construyendo de forma continuada. La sociedad se estructura a partir de un modelo político en el que la justicia y la democracia constituyen la forma de entender las relaciones entre los individuos. Donde la ciudadanía toma una dimensión planetaria que constituye el marco de actuación sobre el mundo que la dota simultáneamente de libertad y responsabilidad.

LA COMPLEJIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS




El impulso del hombre para sobrevivir lo ha llevado históricamente a institucionalizar su protección, basándose en su propia naturaleza. La creación de una Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada por la Asamblea General de la ONU en el 10 de diciembre año 1948 no hacen más que confirmar la capacidad humana de visualizarse a sí mismo como ser distinto a las demás especies vivas. Si analizamos los principios de los derechos humanos a la luz de la metafísica, entonces se establece la dignidad absoluta de la persona humana, ya que en el principio se destaca que la persona es la única creatura del creador hecho a su imagen y semejanza, manifestación del amor divino, que posee una dignidad absoluta y de quien proclama la libertad humana, como la capacidad de elegir, solicitada por el mismo Dios para responder a su llamado de amor . Otra manera de concebir los principios de los derechos humanos tiene que ver con la naturaleza mutable del hombre; la animalidad y la humanidad constituyen la humana condición, por ello es necesario entender el fenómeno de la hominización. Existe una unidad humana y una diversidad humana al mismo tiempo. Por un lado la unidad de los rasgos biológicos del homosapiens y por el otro una diversidad psicológica, social y cultural; comprender lo humano significa entender su unidad en la diversidad y su diversidad en su unidad. Así mismo, cada individuo posee una identidad que debe ser respetada. Nuestra identidad individual, asociada a nuestra identidad como especie y la identidad social conforman un trinomio propio de la realidad humana. Debemos entender, que el destino de los seres humanos tiene el destino de la especie humana, del destino individual y el social entrelazado e inseparable, y que tenemos un destino y una condición común como ciudadanos de la tierra. El hombre en busca de su protección pone énfasis en la necesidad de un mayor fortalecimiento en la interrelación entre la democracia, el desarrollo y los derechos humanos en todo el mundo, urgiendo la defensa de estos últimos sin limitación de condiciones. Señala la necesidad que los estados produzcan recursos legales internos capaces de reparar violación de derechos humanos y fortalezcan su estructura a partir de la administración de la libertad, la justicia y la paz, teniendo como base el reconocimiento de la dignidad intrínseca, de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana.

LA COMPLEJIDAD EN LA SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL




Situar la sostenibilidad ambiental en el marco del paradigma de la complejidad, supone reformular de manera significativa la acción del hombre sobre el medio y al darle un enfoque más estratégico, reinterpreta el medio ambiente, entiende que los seres humanos con el modelo socio-tecnológico actual, forzamos el acoplamiento de las estructuras de dos grandes sistemas globales: el natural y el social. El primero de ellos, se mueve a través del transporte vertical de materiales, mantiene un cierto equilibrio planetario apto para la vida y se rige por mecanismos de adaptación genética asociados a procesos de selección natural; el segundo sistema se nutre de entropía ambiental adquirida de los ecosistemas y del transporte horizontal de materiales facilitado por la disponibilidad de combustibles fósiles, genera el cambio climático, genera un nivel de desigualdad social acentuado y se rige por mecanismos de evolución cultural. Ejemplo si construimos una nueva urbanización en un paraje forestal, debemos talar árboles y cementar el bosque para construir las casas. Con ello, incrementamos el sistema social con viviendas nuevas, nuevos aparatos, estructuras de saneamiento y suministros, carreteras nueva. Pero a la vez desorganizamos la estructura forestal, destruimos el sistema metabólico de los suelos, los sistemas naturales de fijación de nitrógeno, agua, CO2, etc. Por ello, generamos un orden social nuevo a partir de un desgaste entrópico del ecosistema anterior. ¿Nos plantea la sostenibilidad ambiental un código moral nuevo que vamos a tener que asumir inevitablemente, si no queremos ir hacia un escenario de futuro lamentable? ¿Reaccionaremos a tiempo ante la evidencia predicha pero no plenamente manifiesta? ¿Cómo vamos a digerir la entropía que sostiene el nivel de vida de los países desarrollados si pretendemos reducirla? Para responder estas interrogantes es importante la percepción ecológica, como consciencia de un sentimiento de pertenencia y de conexión con el cosmos como un todo, queda claro que la percepción ecológica tiene esencia profundamente espiritual, en ese sentido la educación ambiental se configura como un espacio de encuentro permanente entre personas y saberes, orientado hacia la finalidad común, la formación ciudadana en el sostenimiento ambiental. Podríamos decir, que este se configura como una fuerza emergente que nos plantea valores sociales, con cierto criterio de objetividad planetaria, que van más allá de las consideraciones sobre los derechos de las personas y que se basan mayoritariamente en la voluntad de promover la supervivencia de la humanidad como especie en el planeta. Todas las actividades humanas deberán adaptarse al nuevo escenario. Desde las urbes y los cubículos humanos, hasta los transportes, los desplazamientos, los modos de producción y la tecnología, los hábitos de vida y de consumo, pero sabemos que ser sostenibles en el tiempo implica mantener el capital natural relativamente funcional, ya que él se encarga de mantener los servicios naturales para mantener las condiciones para la vida estable. La evolución cultural puede hacer lo que le parezca, pero siempre será bajo el control de la selección natural.

LA COMPLEJIDAD DE LA GOBERNABILIDAD


Según Gramsci, filosofía y política se funden, se concretan y materializan en el escenario de la ciudad, donde el hombre activo modifica las condiciones de vida y el conjunto de relaciones del que forma parte. La ciudad ya no es, sólo el conglomerado urbanístico y de pobladores, sino una gran alma, una ciudad viva, un cuerpo que siente, que se mueve, una ciudad con corazón propio, un ambiente y un contexto global de vida y aprendizaje en opinión, puede ser vista desde la cultura, los valores, el ser y la identidad, entre otros. Esta perspectiva filosófica aborda el conocimiento como objeto y sujeto del desarrollo de la ciudad y las actuaciones de los ciudadanos; del Estado y de sus instituciones. No es posible construir la democracia o replantear las relaciones entre el gobierno y la sociedad sin replantear las relaciones y funciones del conocimiento. Además, existe la convicción en los gobiernos, de ofrecer servicios de calidad, ser eficientes, eficaces y de establecer una relación cimentada en el respeto, la legalidad, la transparencia, existe la idea de dar paso al liderazgo y al facultamiento que fomente la participación y el trabajo en equipo, dejando atrás esquemas tradicionales basados en la centralización y jerarquía, que inhiben la creatividad y la innovación. Hoy se pondera una visión común: organización, sentido de pertenencia, compromiso y beneficios mutuos. El eje central de esta nueva tendencia es el Desarrollo Humano, que implica la mejora de la persona en un amplio sentido, en su formación profesional y técnica, en la seguridad social y en su calidad de vida. Desde esta propuesta política, ser ciudadano es aquel que tiene la facultad de intervenir en las funciones deliberativas y judiciales de la ciudad de tal manera que ser ciudadano no es una condición que se alcanza al llegar a una determinada edad; es la práctica continua de ciertos valores que el ser humano debe encontrar en la ciudad en la que habita. La ciudadanía se alcanza en la relación dialéctica entre el ser humano y la ciudad: mientras ésta lo ciudadaniza, la otra la humaniza. En esta relación, la ciudad adquiere unas características especiales que la hacen ser más o menos humana, más o menos habitable. Se observa la ciudad como un organismo productor y consumidor de mercancías, de bienes y servicios, como epicentro económico, lugar de transacción mercantil y bancaria, es preciso decirlo, es un extraordinario agregado económico; por lo cual la perspectiva económica resulta ineludible a la hora de plantear un análisis sobre la ciudad. La ciudad como sujeto es entendida como la ciudad vivida, apropiada y consumible. Tiene el tamaño del poblador, se mueve con su ritmo y tiempos, se expande y contrae según la percepción de sus espacios. Se construye y desconstruye según el proyecto de vida de los actores en escena. La ciudad sujeto es el espacio domesticado, tanto en el contexto privado como en el Público. Es, también, la posibilidad de materializar las ideas y propuestas de los estamentos que conforman el tejido social de la ciudad. Se trata, en síntesis, de un proyecto para construir ciudadanía y democracia. Es la ciudad al ritmo de la cotidianidad. Como fenómeno físico de construcción urbana. Allí se viven relaciones medio ambientales muy significativas, de importancia para la salud y para la estética, y es por ello que la perspectiva ecológica interesa aquí. La perspectiva comunicativa también se trata en la medida en que la ciudad es el lugar de la comunicación social por excelencia; desde el trato personal e íntimo, hasta el proceso comunicativo en términos colectivos, pasando hoy por la ciudad virtual, propia de las comunicaciones basadas en la tecnología y en los mass - media. La ciudad constituye el escenario de la civilización y la civilidad, el lugar de la protección y el descanso, de la producción y la ciencia, del encuentro y la educación, el hogar de la política. Por consiguiente el tema de la ciudad tiene un tratamiento polifacético y multidimensional. De otra parte, el difícil proceso de construcción e interpretación de la ciudad y de sus fenómenos, desde una óptica modernista permite señalar que el acceso a la modernidad es posible desde el reconocimiento y aceptación de una nueva concepción del mundo que involucre la simultaneidad dialogal entre cuatro procesos, a saber: uno de carácter democrático que se define en términos de participación ciudadana y autonomía; otro de naturaleza innovadora abierto a las transformaciones de la cultura; uno más, expansivo que busque el dominio de la naturaleza y de las relaciones sociales a través de la innovación científica y tecnológica y, por último, uno emancipatorio que aborde la crítica y la creación de nuevas simbologías para la formulación de nuevos sentidos y horizontes del mundo desde la complejidad.

PENSAMIENTO COMPLEJO Y LOS DERECHOS LABORALES


La finalidad del derecho a la estabilidad laboral, se fundamenta en el derecho al trabajo que tiene toda persona con Igualdad de oportunidades, sin discriminación, por cuanto es a través del trabajo que alcanza su realización y dignificación, consigue ingresos indispensables para sustentar sus necesidades primarias y secundarias así como de quienes dependen económicamente del trabajador. En la actualidad se ha observado que las leyes y decretos dictados para la mejor administración de este derecho aun tiene vicios, y por lo tanto la gran parte de estas protege al sector estatal, mas no cubre en su totalidad al sector privado: La ley general y jerárquicamente superior es la constitución Política del Perú, donde especifica en su Artículo 2°, Inc. 15 que toda persona tiene derecho a trabajar libremente, con sujeción a ley. ¿Por qué es importante legislar el trabajo? Para dar respuesta a esta interrogante en primer momento debemos responder ¿Qué significado tiene los derechos laborales para un trabajador? La ley de derechos laborales surgió a finales del siglo XIX como consecuencia de la aparición del proletariado industrial y de la agrupación del mismo en torno a grandes sindicatos como un sistema necesario porque se observan abusos y explotación por parte de algunos contratadores. Los derechos laborales son un conjunto de disposiciones jurídicas y legales, que rige en cada estado el ámbito de relaciones laborales. Es indispensable que el estado garantice la estabilidad laboral y que a su vez se adecue a nuestra realidad socioeconómica, al ser aplicada traiga consigo el desarrollo de la misma, para tal efecto, es necesario que la Ley en mención garantice el equilibrio del ejercicio de los derechos y obligaciones del empleador y del trabajador, sancionando el incumplimiento según corresponda, garantizando la producción y productividad eficientes en beneficio del desarrollo socioeconómico para alcanzar la paz social. La estabilidad laboral ha fluctuado como observamos desde una relación permanente, estable, duradera, como es el de la esclavitud en la época antigua, la servidumbre en la edad media, a la inestabilidad del trabajador en el siglo XVIII, como consecuencia de la invención de la máquina. La lucha por la estabilidad laboral con la industrialización por los efectos de la misma que llevaron al trabajador sobre todo a partir del siglo XIX con el maquinismo, al capital industrial, con la revolución industrial inglesa A nivel global existe una tendencia de pensamiento en los gobiernos, en la sociedad y en el trabajo; comenzamos a poner más atención en el ser humano; el mundo está llegando a la conclusión de que todas las acciones que emprendamos tienen por finalidad el beneficio de la persona humana, busca integrar los objetivos de las organizaciones, el proyecto de vida del trabajador y de sus familias, inspirado en criterios de humanismo y protección, solo de esa manera haremos una verdadera gestión del Talento Humano, en virtud de su autonomía, independencia, el individuo debe ser capaz de incorporar y aportar, cada vez más, sus conocimientos a los procesos y participar en el análisis y solución de las áreas de oportunidad que afectan la calidad y la productividad. El trabajador es reconocido como parte esencial, sin el cual no es posible lograr los propósitos institucionales, para ello, es fundamental analizar el desarrollo de competencias laborales, las cuales serán entendidas; como un punto de encuentro entre los sectores educativo y productivo, por cuanto muestran el perfil qué se debe formar en los trabajadores y los desempeños de los mismos en el espacio laboral, ninguna relación laboral puede impedir el ejercicio de los derechos constitucionales, ni desconocer o rebajar la dignidad del trabajo dentro de las instituciones. Así, el surgimiento del enfoque de competencias está relacionado plenamente con las estrategias de productividad, eficacia, eficiencia, congruencia y competitividad, dada la necesidad del logro de la calidad a partir del desarrollo de los seres humanos.

DE LA COMPLEJIDAD DE LA PROSPECTIVA SOCIAL



La prospectiva es definida por Gastón Berger , como la ciencia basada en el método científico, estudia el futuro para comprenderlo y poder influir en él. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) define la prospectiva como el conjunto de tentativas sistemáticas para observar e integrar a largo plazo el futuro de la ciencia, la tecnología, la economía y la sociedad con el propósito de identificar las tecnologías emergentes que probablemente produzcan los mayores beneficios económicos o sociales. Ante esta situación el pensamiento complejo muestra el desafío, y pone en cuestión el modelo newtoniano que nos enseñó que la confusión estaba “fuera del observador” que la ciencia es objetiva y a través de leyes universales se puede trascender a los cambios. ¿Qué ocurre con este modelo en la actualidad? ¿Qué sucede con las certezas más allá de los cambios? ¿Qué sucede con el tiempo y el espacio? ¿El azar y la incertidumbre? El problema, entonces, no es la complejidad del entorno, sino las herramientas para percibir, interpretar y operar en esa complejidad. ¿Y cómo es esto? Desde la complejidad, la prospectiva es entendida como una sistemática mental que, en su tramo más importante, viene desde el futuro hacia el presente; primero anticipando la configuración de un futuro deseable, luego, reflexionando sobre el presente desde ese futuro imaginado, para -finalmente- concebir estrategias de acción tendientes a alcanzar el futuro objetivado como deseable. Si asumimos que estamos involucrados ante un gran proyecto global donde existe una distribución inequitativa de todo, es decir hay un orden global fracturado, se hace necesario, entender que el desarrollo tiene a la persona como su origen y destino. Estamos inmersos en crear un espacio donde se no

s invita a todos a comercializar los bienes y servicios, mediante la comunicación mundial, se trata de que progresivamente los seres humanos interactuemos cada vez más y abramos las puertas a otras culturas, pero el propósito es principalmente utilitarista, para hacer más negocios y abrir mercados, una prioridad de los países desarrollados para poder exportar sus excesos de producción, predominando la dimensión del «hommo economicus», dejando de lado las otras dimensiones humanas, como el amor por el conocimiento, la sabiduría en sí, la construcción del tejido social, la autorrealización personal, y la búsqueda del desarrollo sostenible a través del equilibrio ecológico. Nos esperanzamos en la naturaleza metodológica de la prospectiva para imaginar escenarios futuribles, en ocasiones de determinar su probabilidad, con el fin último de planificar las acciones necesarias para evitar o acelerar ocurrencias que infrinjan los caminos que nos lleven al desarrollo total. El desarrollo social, implica producir, sistematizar y aplicar la ciencia para la sociedad, partiendo de la configuración de un futuro posible mediante la creación de comunidades donde los investigadores sociales pongan a prueba sus hipótesis. Simular no un concepto nuevo, si no el análisis de la interacción de ciudadanos entre ellos mismos y con su entorno (geográfico, institucional, otros) no es crear un programa que dé respuesta por nosotros: es modelar el mundo ba

sándose en agentes y no en ecuaciones, estados o variables, como comúnmente se hace, así planteamos aclaraciones ontológicas y epistemológicas sobre la complejidad en el mundo social y presentamos simulaciones muy simples donde se puede apreciar como sobre la base de reglas, y la propia psicología, como las relaciones recursivas, la autopoiesis, La dualidad agente estructura y la superveniencia intersistemica.

En la mayor parte de universidades de Latinoamérica no consideran la complejidad ni sus métodos, lo máximo es estadística descriptiva, probabilidades e inferencia, cuyos hallazgos son muy limitados para las ciencias sociales donde interesa el porqué de las cosas, los fenómenos contextualizados e irreversibles y estos fenómenos que puedan ocurrir por estos sucesos aparentemente insignificantes. Para lograr esto, es clave contar con un espacio físico en donde investigadores de diferentes disciplinas puedan interactuar libremente durante periodos de tiempo considerables. Por ello, en importante la creación de Institutos de Ciencias de la Complejidad con estructura y acceso a recursos científicos de diversas disciplinas adscritos a las universidades, que creen puentes entre las ciencias exactas, las naturales, sociales y humanísticas; entre teoría, experimento y simulaciones en computadora; entre investigadores, profesores de enseñanza superior y básica; entre las diversas disciplinas del conocimiento; así como de actores sociales involucrados en la identificación y solución de problemáticas concretas con desarrolladores del uso de los conocimientos científico. En La Universidad Señor de Sipán (Lambayeque- Perú) estamos iniciando recientemente esta tarea, tenemos algunos impulsores como es el Dr. Humberto Llempén Coronel (Rector de la Universidad señor de Sipán), Mg. Lázaro Villegas Agramonte (Director del Programa Académico de Formación General), el Dr. Francisco Rojas Roalcaba (Director de la Escuela de Postgrado de la USS) y quien suscribe con quienes coordinamos eventos referidos a este tema, como son: I Encuentro Universitario de Pensamiento Complejo: Dimensiones Humanas desde la Complejidad llevado a cabo en Diciembre del año 2009 con los estudiantes de Ingeniería Industrial, Ingeniería Agroindustrial, Ingeniería Mecánica, el II Encuentro Universitario de Pensamiento Complejo “Sostenibilidad Social, Certezas e Incertidumbres” llevado a cabo en Noviembre del presente año; con los estudiantes de Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Industrial, y constituye una inquietud emancipadora de una metodología joven de aprendizaje en y para la vida.